miércoles, mayo 23, 2007

Patriotismo y periodismo (sobre el artículo de Bill Kovach)


por Andrea Ortega


Las tragedias unen a las naciones, y las unen a través de los medios masivos de comunicación.

La catástrofe terrorista del 11 de septiembre trajo a los medios, en específico a la televisión, audiencias que no se registraban desde la Guerra del Golfo.

El sentimiento patriótico que une a los Estados Unidos se acentúa en tiempos de guerra y de amenazas. Es entonces, cuando la tarea de los medios masivos enfocados a la información se vuelve fundamental. Las personas, en estado de crisis, necesitan la garantía del medio fiel y que transmite información certera. Depositan su confianza completa en los noticiarios, en los periódicos, la radio, las agencias de noticias.

Para aquellos que están lejos de los hechos que amenazan a su nación, y que son mayoría, es absolutamente necesario tener reportes completos y confiables de lo que pasa a cada minuto.

Es entonces cuando el periodista se vuelve menos crítico y más servicial. Aquel que tiene acceso a la información de primera mano sabe que debe transmitir la mayor cantidad de ésta, porque el público a quien le habla no es sólo una audiencia, sino es una nación necesitada. Pero, ¿Es ésta la tarea del periodista? ¿Debe dejar de lado la visión crítica, analítica y cuestionadora que define la labor periodística y la hace distinta de una mera transmisión de datos?

En un sistema democrático ideal, la audiencias, es decir, el pueblo, estaría consciente de que es tarea del periodista analizar los comportamientos de las autoridades, de las personas, las situaciones que rodean al hecho, cuestionar las causas y hasta denunciar las faltas que se cometan y él sea capaz de detectar. Sin embargo, no existe al día de hoy una democracia ideal.

Se habla de patriotismo en el periodismo, pero ¿Hasta que punto la alineación de todos los ciudadanos de acuerdo a las decisiones tomadas por el Estado es patriótica? ¿Qué tanto deben los medios abusar de su poder de creación de opinión pública y crear así una opinión generalizada con el fin de propagar la calma en tiempos de guerra y amenaza? ¿Es poco ético crear debate público durante un conflicto bélico o una inestabilidad, cuando, lo que se espera crear es concordia entre los ciudadanos y mantener la paz social?

El periodista debe ser independiente del Estado, no debe estar comprometido a apoyar las decisiones que éste tome, y mucho menos si éstas dañan a los ciudadanos, que son finalmente para quienes trabaja la labor periodística.

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