Epic 2015 ¿La extinción?

Con una lágrima en cada ojo terminé de ver Epic 2015 en youtube.com. El derrumbe del periodismo. Ver al New York Times (a pesar de no ser santo de mi devoción) convertido en un gaceta de dos páginas para las élites de intelectuales en los suburbios me partía el alma y la posibilidad que abre el Internet al ciudadano común de ser periodista me provocaba náuseas. Mi profesión se volvía obsoleta.

La computadora, la maldita computadora, era capaz de editar la nota, tomar las oraciones y acomodarlas de manera adecuada para escribir una nota periodística, editarla y publicarla.

El servidor, el maldito servidor, era además, el rey de las relaciones públicas. Conocía a la perfección a sus clientes y lo que querían leer, comprar y hacer en todo momento.

Y luego me percaté de que aquello que pensaba era producto de la melancolía que pretende provocar el video como sensación inmediata. Me sentí abrumada por el progreso. Me deslumbró de tal modo que llegué a pensar que el talento, la vocación y la capacidad intelectual del ser humano podrían en algún momento ser desplazados por el avance tecnológico. Me creí el cuento de ciencia ficción en el que las máquinas, creadas por el hombre, superaban al hombre.

El periodismo no se acaba. Las humanidades no se acaban porque el hombre no se acaba.